En la era postmoderna*, hedonista** y consumista*** en la que estamos inmersos, el amor y las relaciones afectivas se caracterizan por su inestabilidad y falta de compromiso. «El amor sigue siendo un ideal, una aspiración colectiva, debido, al menos en parte, al valor que se le concede a la duración a la que va asociado”, dando lugar a la paradoja de la búsqueda de la permanencia en el reino de lo efímero.
Relaciones efímeras en un mundo cambiante
Las relaciones se hacen y se deshacen, siempre con la vana ilusión de que la última sea también la definitiva, y confiar en que esto suceda por arte de magia, sin tener que esforzarse por hacerlo posible. Las personas se desarrollan, la vida evoluciona, la sociedad cambia, los gustos, las expectativas, las aspiraciones, las necesidades se van modificando a lo largo del tiempo y los recuerdos o fantasías del pasado no son suficientes para llenar los vacíos o satisfacer los retos del presente.
*Post-modernidad: movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo XX que comparten la idea de que el proyecto moderno fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social.
**Hedonismo: placer afirma que nuestro comportamiento está determinado por deseos de aumentar el placer y disminuir el dolor.
***Consumismo: acumulación de bienes y servicios no esenciales.
Una pareja necesita estar en constante transformación si quiere sobrevivir a las variaciones continuadas del curso vital y del ambiente social, manteniendo, sin embargo, su propia unidad e identidad.