Hábitos sostenibles: el nuevo paradigma alimentario

Las dietas han muerto, de hecho, mueren en el momento de empezarlas. La dieta forma parte del viejo paradigma, lo importante son los hábitos sostenibles en el tiempo.

Me gustaría contarte cuál es la mejor mentalidad para transformar tus hábitos. Consiste en seguir las cuatro S. En ángulos son: historia, espacio, estrategia, sostenible, es decir, historia, espacio, estrategia y sostenibilidad.

La historia que te cuentas

Empecemos por el principio, la historia. ¿Te cuentas siempre la misma historia? Esto me ocurre mucho en las sesiones privadas de nutrición que hago online y presenciales. Un día, una paciente comentaba a su hija: “en casa siempre hemos comido mal, nunca hemos sido cocinar ni comer bien. Si hace tantos años que lo hacemos así, ¿cómo desea que cambie ahora? ya tengo una edad yo”. Si siempre afirmas la misma historia, se genera un determinado estado. Te invito a identificar la tuya, sí, todos tenemos una. La pregunta es: ¿te sirve o te limita esta historia que te cuentas? Si te sirve perfecto. Si te limita, mírala desde otra perspectiva. ¿Qué te parece si la transformas con una oportunidad?

Espacio para el cambio

En segundo lugar, el espacio. Para que comencemos un nuevo hábito es necesario que haya espacio para éste. A priori parece muy sencillo, pero si no es prioridad y no se busca el espacio para que se produzca puede pasar a la lista de propósitos de año nuevo año tras año. La transformación alimentaria nunca sale de la nada. A veces, con el bullicio del día a día no es fácil, por lo que nunca acaba pasando. Yo siempre digo, si quieres que ocurra, agendalo como si fuera una cita contigo mismo/a y no faltes!!! Como si hubieras quedado con tu mejor amiga.

Estrategia por un cambio real

Otro imprescindible es tener claro que haciendo la misma acción de siempre, no obtendremos resultados distintos. Y aquí es donde llega la estrategia, la tercera S. Déjame preguntarte… ¿Qué has hecho hasta ahora sobre los hábitos que quieres transformar? ¿Qué resultados a largo plazo querrías tener? ¿Qué puedes hacer de otro modo que no has hecho hasta ahora? Apunta las respuestas a tu agenda y planifica las acciones concretas que quieres realizar. Pero lo que está claro es que cuando cambiemos la acción, el resultado será diferente. Y cuando somos conscientes de dónde estamos y dónde queremos llegar, cuesta más ser indiferentes y seguir haciendo los mismos hábitos.

Por ejemplo, cuando hago cursos a grupos en centros públicos y privados, una actividad que hacemos a menudo es poner en un bote de cristal todo el azúcar que hay dentro del paquete de cacao azucarado del supermercado. De esta manera ven la realidad y la cantidad de azúcar que come a diario sus hijos, hijas, nietos, limpias… Cuando lo ves con tus propios ojos, la visión que tenías del producto cambia y cuesta más seguir consumiendo ultraprocesados, ya que se ha ampliado la mirada y tienes la iniciativa en buscar otras alternativas. Porque… si no cuidamos nuestro cuerpo y el planeta tierra, ¿dónde viviremos?

Un hábito sostenible en el paso del tiempo

Por último, la última S, de sostenible. A menudo, las personas que vienen a las sesiones privadas de entrenamiento nutricional no suele ser la primera vez que intentan cambiar sus hábitos. La gran mayoría comentan que durante un tiempo consiguieron el hábito de comida saludable, pero después, por A o por B, lo dejaron y no siguieron.

James Clear, el escritor del libro Hábitos Atómicos insiste en entender la diferencia entre los hábitos basados ​​en los resultados (se centran en lo que quieres obtener) y hábitos basados ​​en la identidad (se centran quienes quieres convertirte). Por ejemplo: En lugar de tratar de leer todos los días, conviértete en un lector. En lugar de intentar correr 5 km, conviértete en una corredora.

La gracia es aplicar esta fórmula a la alimentación, al ejercicio, al estilo de vida saludable. Cuando tengas que tomar una decisión que afecta a tu salud a largo plazo, pregúntate: ¿Qué decidiría mi versión más sana?

Una persona sana no debe comer a la perfección cada plato. Nuestras decisiones saludables se asemejan a cuando se elige al delegado/a de clase. Cuando eliges vivir como persona sana, tomas una decisión consciente, al igual que votar. No es o todo o nada, basta con conseguir la mayoría. Si la mayoría de días toma decisiones como cualquier persona que se considera sana, ya tienes las votaciones de clase ganadas. De esta forma, ser saludable ya forma parte de tu identidad. ¿Sabes por qué?

Porque no es algo que haces, es algo que eres.

¿Qué puedes hacer hoy mismo para estar más cerca de tu saludable yo? El cuerpo es sabio, es una máquina perfecta. Sabe lo que necesita y sabe cómo pedirlo.

La pregunta aquí es: y tú, ¿sabes escucharlo?

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